Mascotas con una enfermedad incurable.
(cómo el cáncer).
Con una enfermedad crónica y progresiva.
(cómo enfermedad renal, hepática, cardíaca, etc...)
Pacientes con una discapacidad crónica.
(cómo enfermedad neurológica o enfermedad del disco intervertebral).
Mascotas en estado geriátrico terminal.